En la puerta del instituto había una multitud agolpada, felicitando al cumpleañero. Sara se unió a su mejor amiga y las dos miraron algo de lejos la escena. Pasados unos minutos, Arturo quedó libre de las chicas que lo felicitaban, y Sara y su amiga se acercaron.
-Felicidades, Arturo- dijeron a la vez.
-Gracias chicas- respondió el muchacho sonriente.
Las dos se dieron la vuelta y Arturo y sus amigos se quedaron mirándolas. Arturo se inclinó hacia Óscar y susurró:
-¿Quieres apostar?
Óscar sonrió y aceptó.
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Elena se despertó con el mensaje de Álex. Lo leyó y respondió enseguida.
Genial, en cuanto tu puedas :)
En parte estaba aliviada porque a Álex no le había afectado el tema de la noticia. O no la había leído. Por otra parte estaba preocupada por su posible reacción ante la noticia o como la iba a tratar. Un cúmulo de emociones se encontraba dentro de ella. La respuesta de Álex fue inmediata.
Podria ser en un rato? Tengo que estar en el hotel a la una y media, y mejor que no salga, que luego me cae bronca y sabe dios que mas.
¿Y sabe Dios que más? ¿Se estaría refiriendo al tema de la noticia? Más nervios.
Vale, en 45 min. te parece?
Respuesta de Álex.
Perfecto, donde ayer, vale?
Valee.
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Paula se despertó al mediodía. Hizo memoria de lo que había pasado el día anterior. Había sido su primer día sin Marta, y con tantas cosas, casi no se había acordado de que no estaba, aunque sí de cuando estaba. Se acordó de que habló con Lucas de Julio y Marta, y al parecer, Julio estaba más afectado de lo que parecía. Los dos intentaban llevarlo bien, pero la diferencia era que Julio cargaba con el peso de que todo fuera por su culpa. Lucas le hizo saber a Paula que Julio seguía enamorado de Marta, y Paula, sin poder evitarlo, se sintió un poco mal por el chico. Sabía que Marta, en lo más profundo de ella, seguía queriendo, y mucho, a Julio, pero también sabía que no quería volver a llevarse el golpe que se llevó cuando ocurrió aquello. Desde que cortaron, Marta era la única que no había estado con ningún otro chico, mientras que Julio iba de flor en flor tratando de olvidar a Marta.
Paula pensó que por lo menos Marta debía saber que Julio la quería, y que no lo recordara como un error, porque en verdad lo de ellos dos había sido de las historias más bonitas que había visto.
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Marta acabó de desayunar y subió a darse una ducha. Al acabar, fue a su nueva habitación y buscó qué ponerse. Se decidió por unos vaqueros cortos, ya que aún estaban a 2 de septiembre y el calor no los abandonaría hasta finales de ese mes, y como por las mañanas refrescaba un poco, se cogió una camiseta blanca y una sudadera sin capucha negra, corta y que tenía escrito en letras blancas una frase en inglés. Se dejo su larga melena lisa castaña suelta. Ese día se sentía bien, así que decidió dibujarse la raya. Raro día lo hacía, ya que era una chica muy natural, pero le gustaba como le quedaba. Siempre había sido muy guapa, aunque ella no se lo consideraba.
Bajó las escaleras y vio a su hermano en una postura un tanto extraña en el sofá.
-¿Hola?- preguntó medio riendo.
-No te rías, es que estoy incómodo- respondió Manu.
-Tú siempre estás incómodo- rió Marta.
-Ya ves.
-Ve a ducharte, anda, que aún van a subir Clara y Carmen sin avisar y te van a ver... Así- añadió no sabiendo como llamar al estado de su hermano en ese momento.
-Sí, mamá- dijo Manu y subió las escaleras.
<<Es una caso perdido>>, pensó Marta.
El silbido que indicaba la llegada de un WhatsApp interrumpió sus pensamientos. Cogió su iPhone y lo miró. Paula. Se puso muy contenta al ver que era de ella, pero la alegría se esfumó al ver lo que ponía el mensaje.
Marta, Julio te echa de menos. Te sigue queriendo.
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-Yo nada más llegar me echo la siesta- dijo Jesús, mientras él y Pablo caminaban hacia el estadio.
-Pero tú, aún por encima de que te quedas dormido quieres echarte la siesta- rió Pablo.
-Calla, dormí poco, solo porque ayer tú tuviste que hablar con tu amada- lo picó Jesús.
-Callado estás más guapo eh- dijo Pablo sonriente. No le afectaban ese tipo de comentarios por parte de sus amigos-. Y de amada nada, que es hermana del nuevo, ¿qué quieres que le haga?
-Oye, que si ahora cualquiera de vosotros estuviera con mi hermana no por eso me llevaría mal con vosotros- replicó Jesús-. Solo me llevaría mal si le hicierais algo malo.
-Pero tú ya sabes que a tu hermana no le hago nada. Además, no es lo mismo tu hermana, que llevo contigo bastantes años que la hermana de Manu, que lo conocí ayer.
-Deja de rayarte ya, joder. Te gusta y punto.
-¿Como me va a gustar? La conocí ayer- dijo Pablo.
-Yo también había conocido el día anterior a Patri y ya ves- dijo Jesús.
Cierto, con Jesús había sido así. Pero Jesús no era Pablo. Pablo era mucho más difícil, nadie le llamaba la atención nada más ver a esa persona para algo más que lío. Nunca se había enamorado. Ni pensaba hacerlo.
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