-¿Que haces?- preguntó Julio.
-Me voy- respondió ella.
-Tengo tu móvil- dijo él.
-Me da igual, no te sabes la contraseña- dijo ella mirándolo directamente a los ojos, desafiante.
-¿Si llaman? Hablo yo.
Marta se encogió de hombros en señal de que le daba igual.
-Al ver que lo tienes tú ya me llamarán a casa.
-Oh, Julio, que difícil te lo pone- picó Gabriel.
-Tú calla- le dijo Julio-. ¿Entonces te vas? ¿No te dará miedo?
-Prefiero irme yo sola, gracias- dijo Marta con sarcasmo.
-Te acompaño yo, que sé que quieres- dijo Julio con una pequeña sonrisa burlona.
-Prefiero que me violen- dijo Marta.
-Me gusta esta chica- intervino Sergio riendo.
-Tú también te callas- dijo Julio, un poco cabreado, porque una chica le estuviera dejando quedar así delante de sus amigos-. Tú no te vas sola.
-¿Porque tú lo digas?
-Justo.
Marta bufó, se dio media vuelta y se marchó, pero Julio no se dio por vencido y se fue detrás de ella.
-La vas a enfadar más- advirtió Lucas.
-Me importa una mierda- respondió Julio.
Al desaparecer de la vista de sus amigos corrió junto a ella y la agarró del brazo. Ya empezaba a oscurecer, y hacía algo de frío.
-¿No te dije que no quería que vinieras conmigo?- preguntó ella molesta.
-¿Y tú aún no te diste cuenta de que hago lo que quiero?- respondió Julio.
-De eso ya me di cuenta hace tiempo- dijo Marta-. Déjame, vete, me voy a casa.
-No te voy a dejar que te vayas tú sola, no a estas horas- dijo Julio mirándole fijamente.
-¿Acaso te preocupa?
-No voy a dejar que te vayas sola- repitió Julio, mirándola directamente a los ojos.
Marta también lo miró. Era casi de noche, y los ojos azules de Julio brillaban en la oscuridad.
-No tienes por qué hacerlo- dijo Marta calmada, prácticamente susurrando. Tener a Julio tan cerca la intimidaba un poco.
-Te puede pasar algo, y no quiero que eso ocurra- respondió él.
Marta ya sentía que la iba a besar, pero Julio se separó de golpe, sin soltarle el brazo.
-¿Por donde?- preguntó.
-Por allá- dijo Marta señalando el lugar por el que debían ir.
Julio echó a andar por el sitio que ella le indicó, soltando su brazo. Ella caminó a su lado. Le sorprendió su comportamiento. Eso de preocuparse repentinamente por ella no lo vio venir. Aunque estaba algo preocupada. Después de eso, Julio sabría donde vive, y eso, con un chico así, no le venía muy bien. Menos mal que ese fin de semana la casa era para ella sola. Manu estaba con su equipo en Murcia y sus padres con él.
En cuanto llegaron a la casa de Marta, Julio la miró. Vale, la chica no vivía mal. La miró. Sabía que a ella le preocupaba que él supiera donde vivía.
-Bueno, esto...- comenzó a decir Marta-. Adiós.
-Espera- le paró Julio.
Ella se giró nerviosa. Julio estaba completamente tranquilo. Se sacó el móvil del bolsillo y se lo dio. Cuando ella iba a darle las gracias, él pegó su boca con la de ella, y acto seguido se marchó, dejando a Marta entre sorprendida, enfadada y, ¿por que no? Feliz.
******
El partido entró en sus últimos 10 minutos. El Barça ganaba por 3-0, pero seguía buscando el gol. Pablo no dejó escapar su oportunidad cuando un pase de Álex lo dejó solo frente al portero. Esta vez, lo tiró raso, haciendo que el balón se colara entre los brazos del portero. 4-0. Pablo ya había conseguido el hat-trick. Fue a celebrarlo con sus compañeros y lanzó un beso a la grada, lo que terminó de matar a Verónica de celos.
En el minuto 92 el partido terminó, y los jugadores de ambos equipos se saludaron entre ellos. El portero culé recogió el balón y se lo fue a dar a Pablo, tras chocar esas cinco con él y felicitarlo por el partido y por haber batido el récord. Pablo, con el balón, fue hacia el túnel de vestuarios, pero antes de bajar, Verónica lo paró, y con la mejor de sus sonrisas, le preguntó:
-¿Puedo hacerte unas preguntas?
-Claro- respondió él.
-Bueno, pues para empezar quería felicitarte por esos tres goles y por haber batido el récord- empezó Verónica.
-Muchas gracias. La verdad es que ha ido muy bien, y estoy muy contento.
-Empezasteis dominando y así fue el partido, facilitándote a ti poder marcar los goles y hacer una asistencia, ¿crees que en otras circunstancias habrías podido?
-Bueno, el Valladolid es un buen rival, es cierto que empezamos dominando, pero si he conseguido esto es gracias a mis compañeros, no solo mérito mío.
-¿Crees que esta Liga pinta bien para el Barça?
-Por ahora sí, llevamos cuatro de cuatro en victorias, pero también hay otros equipos en la Liga que están igual que nosotros, por lo que no podemos confiarnos a estas alturas, debemos seguir haciendo nuestro juego, y el resto ya llegará.
-Bueno, muchas gracias Pablo, felicidades- concluyó Verónica.
-Gracias a ti.- Pablo se marchó camino de los vestuarios, donde le esperaba Álex.
-¿Como puedes hacerle una entrevista a esa?- preguntó Álex susurrando.
-Tío, me la pidió, no le iba a decir que no- respondió Pablo, y juntos fueron camino del vestuario.
-¿Puedo hacerte unas preguntas?
-Claro- respondió él.
-Bueno, pues para empezar quería felicitarte por esos tres goles y por haber batido el récord- empezó Verónica.
-Muchas gracias. La verdad es que ha ido muy bien, y estoy muy contento.
-Empezasteis dominando y así fue el partido, facilitándote a ti poder marcar los goles y hacer una asistencia, ¿crees que en otras circunstancias habrías podido?
-Bueno, el Valladolid es un buen rival, es cierto que empezamos dominando, pero si he conseguido esto es gracias a mis compañeros, no solo mérito mío.
-¿Crees que esta Liga pinta bien para el Barça?
-Por ahora sí, llevamos cuatro de cuatro en victorias, pero también hay otros equipos en la Liga que están igual que nosotros, por lo que no podemos confiarnos a estas alturas, debemos seguir haciendo nuestro juego, y el resto ya llegará.
-Bueno, muchas gracias Pablo, felicidades- concluyó Verónica.
-Gracias a ti.- Pablo se marchó camino de los vestuarios, donde le esperaba Álex.
-¿Como puedes hacerle una entrevista a esa?- preguntó Álex susurrando.
-Tío, me la pidió, no le iba a decir que no- respondió Pablo, y juntos fueron camino del vestuario.
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