viernes, 8 de noviembre de 2013

13- Skate and smoking

En mayo, dos años antes...

Se puso unos vaqueros y una blusa de un tono turquesa sin mangas. Se colocó su larga melena castaña y terminó de pintarse la raya en los ojos. Se calzó las Converse y cogió el bolsito. Había quedado con Paula y más amigas en el centro, aprovechando que empezaba ya a hacer calor. Eran principios de mayo, pero la llegada del verano ya se empezaba a respirar. Salió de casa y echó a andar hacia el centro. Marta sacó el móvil del bolsillo. Manu acababa de decirle que ese fin de semana no iba a estar, se iba con su equipo porque tenían partido.

<<Perfecto>>, pensó Marta, <<como no van a estar tampoco papá y mamá tengo la casa para mí sola>>.

Marta guardó de nuevo en el bolsillo. La gente al pasar la miraba. Y es que era normal, una chica de 16 años tan guapa no se veía todos los días. Caminó tranquilamente, hasta que llegó hasta un parque, que tendría que atravesar para llegar al punto de encuentro con sus amigas. Había desde niños pequeños hasta señores que salían a tomar el aire. Pasó junto a la zona donde se solían reunir los chavales. Los skaters andaban con sus monopatines de un lado para otro, y los chicos más rebeldes se sentaban a mirar, mientras algunos se fumaban algún cigarrillo. Marta intentaba no hacerles caso, pero los chicos siempre que veían a alguna chica que les llamaba la atención no la dejaban pasar así como así.

Cuando Marta estaba llegando a la salida del parque, uno de los skaters, el que todos consideraban el líder, pasó con el monopatín justo por delante de Marta, frenando en seco delante de ella. Colocó su gorra hacia atrás y sonrió.

-Hola guapa, ¿como una chica como tú sola por aquí?

-Chao.- A Marta ese tipo de chicos no le agradaban, y se sentía incómoda allí.

-¡Ey, espera! ¿No quieres quedarte un poco con nosotros?- El joven no se daba por vencido tan fácilmente, así que seguía insistiendo.

-Que me dejes- dijo la chica.

-Que aburrida eres, si quieres te entretengo yo un poco.

Desde el otro lado del parque, otro grupo de chicos disfrutaba de la tarde. Todos hablaban, excepto uno, que estaba más pendiente de otra cosa que de sus amigos.

<<Joder con el Raúl. No la deja en paz>>. Julio miraba como el líder de los skaters molestaba a Marta, y como ésta no se dejaba. Julio miró bien, hasta que le vio la cara a la chica. <<Esa es una de las amigas de Iria. Le voy a decir a Raúl que la deje ya>>. Julio se levantó del banco en el que descansaba y fue junto a los dos jóvenes que llevaba un rato observando.

-¿Y no quieres ver como hago unos trucos?- Raúl seguía insistiendo.

-Que no, que me dejes- repitió Marta por enésima vez.

-¿Y no quieres que te enseñe a montar? Yo creo que lo harías bien y...

-Tío, Raúl, para ya.- Julio interrumpió en la conversación de ambos-. ¿No ves que no quiere saber nada de ti?

<<Ese es Julio>>, pensó Marta al verlo junto a ellos, <<el novio, o lío, o lo que sea de Iria>>.

-¿Y tú que sabes? ¿O acaso crees que va a querer saber algo de ti?- replicó Raúl.

-Si es que es verle solo la cara, ¿a que sí?- dijo dirigiéndose a Marta.

Marta asintió.

-¿Viste?- dijo Julio.

-Pues perdone usted, ah, y- se giró para mirar a Marta-, este quiere algo, si no seguiría allí sentado fumando con sus amigos.

-Yo no fumo- replicó Julio-. Ale, adiós.

Raúl miró mal a Julio. Se veía el odio en su mirada a kilómetros. Nunca se habían llevado muy bien. Raúl quería tener tanto éxito con las chicas como tenía Julio. No consideraba justo que él hiciera trucos y trucos con el skate y con suerte varias se fijaban en él y Julio, con sentarse en un banco y dar de hostias a alguien si hacía falta, se las llevara a todas. Cogió su skate y se alejó rápidamente de los dos.

Marta miró como se iba, pero Julio se quedó mirando a la chica.

-No sé si te acuerdas de mí- interrumpió Julio en los pensamientos de la chica.

Marta se giró y miró a Julio.

-Claro que me acuerdo, Iria lleva hablando de ti toda la semana.

Ya hacía una semana del momento en el que los presentaron. Desde entonces, Iria les había relatado por WhatsApp todo lo que ella y Julio hacían, aunque sin dar muchos detalles.

-Es que como para no hacerlo.- Julio sonrió, le gustaba saber que sus ligues hablaban bien de él a sus amigas.

-Ya, bueno, espero que duréis, a ella le gustas mucho- dijo Marta.

<<¿Cuántas me han dicho esto? Lo que pasa es que las amigas de mis líos no entienden que son solo eso, líos. Y parece que ellas tampoco>>, pensó Julio.

-Aunque ya le dijimos que no se haga muchas ilusiones- dijo Marta mirando al suelo-. Todos saben como eres.

Eso a Julio le llegó.

-No siempre tiene por qué ser igual- respondió. Su sonrisa había desaparecido.

-Ya, me gustaría verlo- replicó Marta-. Bueno, gracias, me voy. Adiós.

-Chao.

Marta se giró y se marchó a encontrarse con sus amigas.

-Y no sabía lo equivocada que estaba- pensó Julio en voz alta tumbado sobre su cama.

******
 
Álex miraba y miraba. No veía mucho. La mayor parte del tiempo estaba mirando a la chica que estaba con Pablo. Esa sí le gustaba, pero estaba con Pablo, no le podía hacer nada. Sería un putón, pero respetaba a sus amigos. Un codazo de Jesús lo sacó de sus pensamientos. Álex vio como Pablo volvía junto a ellos.
 
-¿Qué, Romeo? ¿Quién es?- preguntó Jesús al verlo llegar.
 
Pablo se mordió ligeramente el labio inferior y contestó:
 
-La hermana del nuevo.
 
-¿Rivas?- preguntó Álex.
 
-Exacto- dijo Pablo.
 
Álex asintió mirando a la chica, la cual acababa de encontrarse de nuevo con sus amigas.
 
-¿Nombre?
 
-Marta.
 
-Bonito.
 
-Sí.
 
Pablo estaba contento, Álex miraba disimuladamente a Marta, y Jesús se reía en silencio de Álex.
 
-¿Y que le dijiste?- preguntó Jesús a Pablo.
 
-Yo solo te digo que mañana va a venir a verme.
 
-¿Que pasa, que todos utilizamos lo mismo para ligar o qué?- preguntó Álex.
 
Pablo y Jesús miraron a Álex.
 
-¿A quien conociste que no nos hayas dicho nada?- preguntó Pablo, hablando por los dos.
 
Álex los miró a los dos, suspiró, y así por encima, les contó la historia de Elena.
 
-Pues parece que soy el único que hoy no ha estado con ninguna que le guste mucho- dijo Jesús.
 
Lo que no sabía Jesús era que él iba a ser el siguiente.
 
******
 
-Cris, desde que llegamos hace un par de semanas aquí no he visto ni que salgas ni que te relaciones- dijo preocupada la madre de Cris apoyada en la puerta de su habitación.
 
-Es que no sé con quien quieres que me relacione, mamá, si total, como no saque amigas de debajo de las piedras...- respondió la chica de los ojos azules.
 
-Bueno, yo solo te pido que el lunes hables con alguien, ¿sí? No me gusta verte así.
 
-Vale.
 
La madre de Cris suspiró. Cris era igual a ella, tozuda como una mula. Se fue de nuevo a la cocina, y Cris se volvió a quedar sola en su habitación. Sí, el lunes debía hablar con alguien urgentemente.

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