viernes, 15 de noviembre de 2013

14- Noticias imprevistas

tio, estas bien? te fuiste tan rápido...

Julio releyó el mensaje de Iván. Él no estaba enterado. Solo Lucas. Y había guardado silencio.

si, tranquilo, solo estoy un poco cansado

Julio nunca había sido una persona que se dejara afectar fácilmente, pero la historia que empezó hace dos años... No podía olvidarla.

-¡Al fin acabaron las clases del lunes!- exclamó Paula-. Odio los lunes.

-Tú y todos, aparte con examen de Biología- añadió Marta.

-Vosotras lo lleváis bien, pero yo para nada eh- dijo Iria, ya lista para salir.

-Tampoco tanto- dijo Paula.

Las tres salieron de clase conversando, y ya en el pasillo, dos chicos de clase, los más guapos, se unieron a su conversación. Salieron del instituto y se despidieron de ellos.

-Ey chicas, ¿venís ahora conmigo a la alameda? Julio está allí- dijo Iria.

-Yo no puedo- dijo Paula-. Esta semana tengo que llegar a casa temprano porque si no mi madre se piensa que voy a a hacer cosas raras y me castiga. Es así ella.

-¿Y tú, Marta?- preguntó Iria.

-Pero es que yo contigo y Julio no pinto nada- dijo Marta.

-Pero no mujer, hay más gente- replicó Iria-. Hay bastantes chicos guapos. Puedes hablar con ellos.

-Sí, claro, los conozco de vista y de hablar un par de veces, no voy a estar con ellos como si los conociera de toda la vida- dijo Marta.

-Ay mi Marta, que también van a estar chicas, aparte, a esos chicos les pareces guapa, como a todos, te van a tratar bien- argumentó Iria.

Marta resopló. Miró a Iria, que la miraba con cara de cachorro abandonado, y al final accedió. Se despidieron de Paula y comenzaron a caminar del ganchete dirección a la alameda.

Solo tres días habían pasado desde que Marta vio a Julio también en la alameda. A ella Julio le parecía muy prepotente, y tampoco es que le cayera muy bien por el hecho de que ilusionaba a todas y al cabo de poco tiempo las dejaba o peor, hacía algo para que ellas le dejaran a él. Marta pensaba que no sería capaz de salir con alguien así.

Llegaron a la alameda. Los chicos estaban sobre un banco junto a la fuente, con sus mochilas tiradas en el suelo. La mayoría estaban fumándose un cigarrillo, mientras escuchaban lo que otras chicas de su instituto o de las más populares de la ciudad les contaban, y sonreían ante lo que decían, aunque no entendían ni papa. Julio hablaba con Lucas. A ninguno les interesaban las chicas allí presentes. Las guapas ya habían tenido algo con ellos y las no tan guapas... Pues como que no. Vieron acercarse a Marta y a Iria. Julio sonrió al ver a Iria, y se sorprendió un poco al ver a Marta. ¿No le caía mal? Esperó a que llegaran junto a ellos y se levantó a saludar a Iria. Luego miró a Marta y esbozó un pequeña (casi inapreciable) sonrisa.

-Hombre, hola.

-Hola- saludó la chica.

-Julio, cielo, ¿nos vamos?- preguntó Iria, ilusionada.

-Claro, aunque primero tendrás que dejar a tu amiga con alguien- dijo Julio mirando a Marta-, no querrás que se quede aquí sola.

Clavó sus ojos azules en los verdes de la chica, y su mirada era como desafiante.

-Puedo yo sola, gracias- respondió Marta.

-Bueno, pues entonces chao- se despidió Iria, quien no entendió la preocupación de Julio por Marta.

-Adiós- se despidió Marta, y vio a la pareja marcharse.

Lucas miraba a Marta divertido. Sabía que algo le había dicho a Julio que él no supiera para que se portara así. Parecía interesante, aunque no su tipo. Decidió hablarle, y ser directo.

-Sabe Dios que le has hecho a Julio para que te diga eso.

Marta lo miró, y encogiéndose de hombros, respondió:

-Sí, sabe Dios.

Se sentó en el banco junto a Lucas, y empezaron a conversar, mientras las chicas allí presentes los miraban de reojo.


En la otra punta de la alameda, Julio e Iria, hablaban un poco entre beso y beso. Iria lo pasaba bien, pero a Julio le aburría. La misma historia de siempre. Él consigue que ella salga con él, se lían, y luego lo dejan. A él le gustan los retos. Como por ejemplo, su amiga Marta. Iba a dejar a Iria, pero quedaría un poco raro. Mejor se ganaba que lo dejara. Solía ser más divertido. Y así lo hizo.

Julio sonrió levemente al recordar lo que hizo justo al día siguiente. Si es que se había lucido.

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-Vámonos ya, mañana hay partido.
 
-Sí. Álex, no te despidas de todas tus amiguitas que si no no salimos de aquí hasta mañana.
 
-Callaos- dijo el de rizos. Eran las doce y media. Si el domingo no hubiera partido, se quedarían un poco más, pero no era el caso.
 
Entre bromas, salieron de la discoteca, y cada uno fue a su casa, donde se dieron una ducha y se quedaron dormidos sobre las tres de la mañana.
 
******
 
Por su parte, las tres chicas también se marcharon, pero en vez de ir haciendo bromas, Clara y Carmen acosaban a Marta a preguntas sobre el futbolista. Exigían detalles hasta de cuando pestañeaba. Marta intentaba responder más o menos bien. Tampoco quería contar todo.
 
Al llegar a casa, se despidió de sus amigas y fue a su apartamento. Encontró a su hermano dormido en el sofá con la tele encendida. En la tele echaban Avatar. Marta sonrió al ver a su hermano dormir con la boca entreabierta. Eso no lo veían sus novias. Cogió una manta y lo tapó. Subió a su habitación y tras darse una ducha se puso el pijama. Se sentó en la cama y miró por su gran ventanal. Buen día el de hoy. Pensó en todo lo ocurrido, y en Pablo. Era guapo, sí, ¿y qué? Un futbolista súper famoso no va ni a mirarla. Se limitará a buscar un chico normal, pero también tendrá cuidado de no enamorarse de la persona equivocada, o puede pasarle lo mismo que con Julio. Y no quiere arriesgarse a eso.
 
******
 
Se dejó caer sobre su gran sofá. Álex suspiró. Otro día más. Aprovechado, se podría decir. Antes de acostarse, decidió mirar un poco las redes sociales. Interacciones. Álex vio un montón de menciones que hablaban todas de lo mismo. Todas preguntaban por su supuesta nueva novia. ¡Pero si él no tiene ninguna nueva novia! Pinchó en el enlace que una chica le adjuntó con una felicitación. Automáticamente, la página de Cataluña TV se abrió. Álex vio lo que ponía, y la foto. Al final de todo, se podía ver escrito en pequeño: "Escrito por Verónica Gutiérrez". Una sensación de rabia y odio recorrió el cuerpo de Álex.
 
-Me cago en todos tus muertos, Verónica.
 
Y lo decía desde lo más profundo de su alma.

viernes, 8 de noviembre de 2013

13- Skate and smoking

En mayo, dos años antes...

Se puso unos vaqueros y una blusa de un tono turquesa sin mangas. Se colocó su larga melena castaña y terminó de pintarse la raya en los ojos. Se calzó las Converse y cogió el bolsito. Había quedado con Paula y más amigas en el centro, aprovechando que empezaba ya a hacer calor. Eran principios de mayo, pero la llegada del verano ya se empezaba a respirar. Salió de casa y echó a andar hacia el centro. Marta sacó el móvil del bolsillo. Manu acababa de decirle que ese fin de semana no iba a estar, se iba con su equipo porque tenían partido.

<<Perfecto>>, pensó Marta, <<como no van a estar tampoco papá y mamá tengo la casa para mí sola>>.

Marta guardó de nuevo en el bolsillo. La gente al pasar la miraba. Y es que era normal, una chica de 16 años tan guapa no se veía todos los días. Caminó tranquilamente, hasta que llegó hasta un parque, que tendría que atravesar para llegar al punto de encuentro con sus amigas. Había desde niños pequeños hasta señores que salían a tomar el aire. Pasó junto a la zona donde se solían reunir los chavales. Los skaters andaban con sus monopatines de un lado para otro, y los chicos más rebeldes se sentaban a mirar, mientras algunos se fumaban algún cigarrillo. Marta intentaba no hacerles caso, pero los chicos siempre que veían a alguna chica que les llamaba la atención no la dejaban pasar así como así.

Cuando Marta estaba llegando a la salida del parque, uno de los skaters, el que todos consideraban el líder, pasó con el monopatín justo por delante de Marta, frenando en seco delante de ella. Colocó su gorra hacia atrás y sonrió.

-Hola guapa, ¿como una chica como tú sola por aquí?

-Chao.- A Marta ese tipo de chicos no le agradaban, y se sentía incómoda allí.

-¡Ey, espera! ¿No quieres quedarte un poco con nosotros?- El joven no se daba por vencido tan fácilmente, así que seguía insistiendo.

-Que me dejes- dijo la chica.

-Que aburrida eres, si quieres te entretengo yo un poco.

Desde el otro lado del parque, otro grupo de chicos disfrutaba de la tarde. Todos hablaban, excepto uno, que estaba más pendiente de otra cosa que de sus amigos.

<<Joder con el Raúl. No la deja en paz>>. Julio miraba como el líder de los skaters molestaba a Marta, y como ésta no se dejaba. Julio miró bien, hasta que le vio la cara a la chica. <<Esa es una de las amigas de Iria. Le voy a decir a Raúl que la deje ya>>. Julio se levantó del banco en el que descansaba y fue junto a los dos jóvenes que llevaba un rato observando.

-¿Y no quieres ver como hago unos trucos?- Raúl seguía insistiendo.

-Que no, que me dejes- repitió Marta por enésima vez.

-¿Y no quieres que te enseñe a montar? Yo creo que lo harías bien y...

-Tío, Raúl, para ya.- Julio interrumpió en la conversación de ambos-. ¿No ves que no quiere saber nada de ti?

<<Ese es Julio>>, pensó Marta al verlo junto a ellos, <<el novio, o lío, o lo que sea de Iria>>.

-¿Y tú que sabes? ¿O acaso crees que va a querer saber algo de ti?- replicó Raúl.

-Si es que es verle solo la cara, ¿a que sí?- dijo dirigiéndose a Marta.

Marta asintió.

-¿Viste?- dijo Julio.

-Pues perdone usted, ah, y- se giró para mirar a Marta-, este quiere algo, si no seguiría allí sentado fumando con sus amigos.

-Yo no fumo- replicó Julio-. Ale, adiós.

Raúl miró mal a Julio. Se veía el odio en su mirada a kilómetros. Nunca se habían llevado muy bien. Raúl quería tener tanto éxito con las chicas como tenía Julio. No consideraba justo que él hiciera trucos y trucos con el skate y con suerte varias se fijaban en él y Julio, con sentarse en un banco y dar de hostias a alguien si hacía falta, se las llevara a todas. Cogió su skate y se alejó rápidamente de los dos.

Marta miró como se iba, pero Julio se quedó mirando a la chica.

-No sé si te acuerdas de mí- interrumpió Julio en los pensamientos de la chica.

Marta se giró y miró a Julio.

-Claro que me acuerdo, Iria lleva hablando de ti toda la semana.

Ya hacía una semana del momento en el que los presentaron. Desde entonces, Iria les había relatado por WhatsApp todo lo que ella y Julio hacían, aunque sin dar muchos detalles.

-Es que como para no hacerlo.- Julio sonrió, le gustaba saber que sus ligues hablaban bien de él a sus amigas.

-Ya, bueno, espero que duréis, a ella le gustas mucho- dijo Marta.

<<¿Cuántas me han dicho esto? Lo que pasa es que las amigas de mis líos no entienden que son solo eso, líos. Y parece que ellas tampoco>>, pensó Julio.

-Aunque ya le dijimos que no se haga muchas ilusiones- dijo Marta mirando al suelo-. Todos saben como eres.

Eso a Julio le llegó.

-No siempre tiene por qué ser igual- respondió. Su sonrisa había desaparecido.

-Ya, me gustaría verlo- replicó Marta-. Bueno, gracias, me voy. Adiós.

-Chao.

Marta se giró y se marchó a encontrarse con sus amigas.

-Y no sabía lo equivocada que estaba- pensó Julio en voz alta tumbado sobre su cama.

******
 
Álex miraba y miraba. No veía mucho. La mayor parte del tiempo estaba mirando a la chica que estaba con Pablo. Esa sí le gustaba, pero estaba con Pablo, no le podía hacer nada. Sería un putón, pero respetaba a sus amigos. Un codazo de Jesús lo sacó de sus pensamientos. Álex vio como Pablo volvía junto a ellos.
 
-¿Qué, Romeo? ¿Quién es?- preguntó Jesús al verlo llegar.
 
Pablo se mordió ligeramente el labio inferior y contestó:
 
-La hermana del nuevo.
 
-¿Rivas?- preguntó Álex.
 
-Exacto- dijo Pablo.
 
Álex asintió mirando a la chica, la cual acababa de encontrarse de nuevo con sus amigas.
 
-¿Nombre?
 
-Marta.
 
-Bonito.
 
-Sí.
 
Pablo estaba contento, Álex miraba disimuladamente a Marta, y Jesús se reía en silencio de Álex.
 
-¿Y que le dijiste?- preguntó Jesús a Pablo.
 
-Yo solo te digo que mañana va a venir a verme.
 
-¿Que pasa, que todos utilizamos lo mismo para ligar o qué?- preguntó Álex.
 
Pablo y Jesús miraron a Álex.
 
-¿A quien conociste que no nos hayas dicho nada?- preguntó Pablo, hablando por los dos.
 
Álex los miró a los dos, suspiró, y así por encima, les contó la historia de Elena.
 
-Pues parece que soy el único que hoy no ha estado con ninguna que le guste mucho- dijo Jesús.
 
Lo que no sabía Jesús era que él iba a ser el siguiente.
 
******
 
-Cris, desde que llegamos hace un par de semanas aquí no he visto ni que salgas ni que te relaciones- dijo preocupada la madre de Cris apoyada en la puerta de su habitación.
 
-Es que no sé con quien quieres que me relacione, mamá, si total, como no saque amigas de debajo de las piedras...- respondió la chica de los ojos azules.
 
-Bueno, yo solo te pido que el lunes hables con alguien, ¿sí? No me gusta verte así.
 
-Vale.
 
La madre de Cris suspiró. Cris era igual a ella, tozuda como una mula. Se fue de nuevo a la cocina, y Cris se volvió a quedar sola en su habitación. Sí, el lunes debía hablar con alguien urgentemente.

viernes, 1 de noviembre de 2013

12- Buscando en el baúl de los recuerdos

-No pierde el tiempo- pensó Carmen en alto-. Jo, con lo bueno que está, para eso me quedaba yo ahí.

Clara le dio una colleja en la nuca.

-¿Pero tú eres tonta? ¡Alégrate por Marta! Nosotras ya tenemos a esos dos guapísimos.

-Ya, ya... Pero no son futbolistas, y no son tan guapos como Pablo, y además...

Otra colleja por parte de Clara.

-¡Deja de quejarte, paleta, y disfruta de lo que tienes!

-Vale, vale, au...- dijo Carmen frotándose con la mano izquierda la zona donde Clara le había propinado la colleja.

******
 
-Olvídala. Ya ha pasado un mes.
 
-Un mes es poco.
 
-Pero tío, ¿qué te hizo esa chica para que estés así? Has tenido la misma historia con muchas chicas más y ninguna te ha dejado de esa manera- replicó Lucas.
 
Julio no respondió, se quedó mirando al vacío, pensando en el día en que la conoció...
 
-Vamos a la salida de su instituto, quiero ver a Iria- dijo Julio nada más terminar las clases.
 
-¿Ya te buscaste otra? Qué rapidez- comentó Iván, mientras salían de clase.
 
-Ya, pero bueno, solo otra más, aunque esta me costó un poco- reconoció Julio sonriente.
 
-Pero la conseguiste, y mira que es difícil- aportó Lucas, que iba junto a los dos chicos.
 
-Sí, justo.
 
Salieron del instituto y fueron hacia el de Iria, el nuevo fichaje de Julio. Nada más llegar, se sentaron sobre un muro enfrente de la salida y esperaron. Los alumnos no tardaron en salir. Primero los de primero de la ESO, después los de segundo, y así hasta los de primero de Bachillerato. Julio sonrió al ver salir a Iria, pero no iba sola, iba con dos chicas, una morena y otra de pelo castaño.
 
<<No están mal>>, pensó Julio, <<quizás en un tiempo...>>.
 
Iria se acercó a ellos y saludó primero a Lucas y a Iván con dos besos, y luego se puso frente a Julio.
 
-Hola...
 
-Hola.- Julio sonrió, e Iria hizo lo mismo.
 
-Bueno... Os presento a mis amigas, ¿vale?- dijo Iria. Se giró, miró a sus amigas, que estaban paradas, mirando como Iria hablaba con su nuevo chico, del que tanto les había hablado a lo largo de la mañana, y las presentó:- Esta es Paula-dijo señalando a la morena-, y esta es Marta.
 
 -Lucas, tú te sabes la historia entera, sabes perfectamente lo que pasa- dijo Julio al fin, saliendo de sus pensamientos.
 
-Bueno, ya, pero tienes que dejarlo pasar. Es agua pasada. Ahora volvamos a la fiesta, venga- dijo Lucas.
 
-Ve tú, yo no vuelvo ahí dentro.- Julio dio una calada a su cigarrillo y lo tiró al suelo, para luego darse media vuelta y echar a andar hacia su casa.
 
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-Bueno, pues mañana me vienes a ver, no te preocupes por las entradas.
 
-¿Verte solo a ti? Que creído eres, bonito...- dijo Marta, intentando evitar que una sonrisa apareciera en su cara.
 
-Gracias, me lo suelen decir- "presumió" Pablo.

-Te creo- rió Marta.

Pablo sonrió.

-Bueno, pues yo te las consigo, pero tendrás que darme tu número, que luego no sabes ni llegar.

-No soy tan inútil, pero vale- dijo Marta-. Apunta.

Pablo sacó corriendo el teléfono del bolsillo y comenzó a apuntar del número que Marta le decía. Cuando acabó, le dio a guardar y el contacto de "Marta Rivas" apareció en su larga lista de contactos.

-Perfecto. Ya te llamaré por la mañana- dijo Pablo guardando el iPhone en el bolsillo.

-Pero tampoco muy temprano, estoy cansada y quiero dormir- dijo Marta.

-Te llamaré sobre las seis de la mañana, buena hora- sonrió Pablo.
 
-Calla, malo.
 
Pablo sonrió.
 
-Bueno, yo me voy, tengo que controlar que Álex no se emborrache.
 
<<¡Noo!>>, pensó Marta.
 
-Bueno, pues encantada de volver a verte- dijo ella.
 
-Adiós, ya te llamaré.- Pablo se giró y volvió sobre sus pasos, junto a sus amigos, que al igual que Clara y Carmen, no habían perdido de vista la escena desde que la vieron.
 
******
 
Google. Buscar. Álex Pazos. Cargando. Últimas noticias. "¿Podría Álex Pazos tener nueva novia?". Verónica pulsó y enseguida accedió a la página web oficial de su cadena de televisión. La foto de Álex y aquella chica desconocida apareció en grande, con un pequeño artículo debajo.
 
<<Ay Álex, cuando veas esto te vas a arrepentir de haberme dicho que no>>, pensó Verónica sonriendo para si.
 
******
 
-No, no, no... ¡No!- exclamó Elena, la cual estaba justo delante de su ordenador.
 
Álex Pazos, el guapo futbolista del Fútbol Club Barcelona, podría tener nueva novia. Este mediodía se le ha visto con una guapa joven, de la cual no sabemos el nombre. ¿Cuánto llevarán juntos? La verdad es que sí hacen buena pareja. Seguid atentos a más novedades.
 
¿Nueva novia? Para nada, ojalá, pero para nada. ¿Qué dirá Álex al ver eso? Elena iba a tener pronto sus respuestas.
 
******
 
Paula y Nati estaban juntas, sentadas en el sofá. Nati hablaba sin cesar de lo que podía haber pasado en esa habitación, pero Paula no escuchaba. Ella pensaba también en lo que podía haber pasado, pero sus teorías no tenían nada que ver con las de Nati.
 
Por la puerta de la casa entró Lucas, mirando a ambos lados. Vio a Nati, y se dirigió hacia las dos amigas.
 
Al verlo venir, las dos levantaron la mirada.
 
-Nati- dijo al llegar junto a ellas-. Siento lo de Julio, no tiene un buen día.
 
-No pasa nada- dijo ella con un hilo de voz.
 
-Mejor ve a tomar algo, te sentará bien- dijo Lucas.
 
Nati asintió, se levantó, y volvió a la barra, donde se cogió una cerveza. Nada como el alcohol para olvidar tus problemas.
 
Cuando llegó, Lucas se sentó al lado de Paula, para sorpresa de la chica. Dudó durante unos segundos, y luego preguntó:
 
-¿Y Marta?
 
Paula lo miró. Había acertado con sus predicciones.
 
-En Barcelona.- Al ver la cara de extrañado de Lucas, añadió:-. ¿No lo sabes? Ficharon a su hermano para el Barça.
 
-Sí lo sabía, pero no sabía que ella también se fue- respondió Lucas-. Aunque así está mejor, ya no puede ver más a Julio, y a él le va a venir bastante bien.
 
-¿Entonces fue por eso?
 
-Sí- contestó Lucas-. Todo le recuerda a ella, se está limitando muchísimo.
 
-A Marta no le gustaba que los chicos se le acercasen después de eso. Tenía miedo de que volviera a salir ella mal- añadió Paula.
 
-Lo que más pena me da es que se querían, pero tuvo que meterse la otra en el medio y joderlo todo.